Varios fabricantes chinos, incluyendo Mg, Byd y Chery, están evaluando la posibilidad de establecer fábricas en México para eludir las normativas estadounidenses establecidas por el Inflation Reduction Act (IRA), que prohíbe otorgar incentivos a modelos eléctricos construidos fuera del país.
México cuenta con un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos, lo que convierte a un vehículo fabricado en ese país en un producto “US Made”, permitiendo así acceder a un crédito fiscal de 7.500 dólares por vehículo.
El aumento de las instalaciones productivas en México preocupa al Gobierno de EE.UU., y en medio de un creciente sentimiento anti-chino en Washington y entre los votantes de la clase trabajadora, la Casa Blanca estaría preparando modificaciones al IRA para bloquear esta actividad.
Recientemente, el Gobierno también ha introducido nuevas normativas para evitar que las automotrices estadounidenses utilicen materiales y piezas provenientes de China y Rusia en sus modelos eléctricos.
Esta medida adicional, según informa WardsAuto, está complicando significativamente la cadena de suministro para los fabricantes locales debido al dominio actual de China en la tecnología de baterías.
A partir de enero, los vehículos eléctricos con componentes de batería fabricados por una “entidad extranjera afectada” no podrán acceder al crédito fiscal federal de 7.500 dólares. WardsAuto explica que, según las nuevas normativas, una entidad extranjera afectada es cualquier empresa “poseída, controlada o sujeta a la jurisdicción o dirección” de China, Irán, Rusia o Corea del Norte.
Desde el 2025, las reglas serán aún más estrictas: los vehículos eléctricos elegibles no podrán contener “materiales críticos” extraídos, procesados o reciclados por entidades controladas en el extranjero.